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La redacción de la entrada del blog ha sido realizado por Gonzalo Pérez López del Hierro, autor del proyecto value4all.

El análisis fundamental:

Como ya comentamos en este blog el análisis fundamental es un tipo de análisis bursátil que busca obtener el valor teórico de una empresa. Para poder obtener el valor de ésta, se estudian, entre otras cosas, sus estados financieros, sus planes a futuro, sus directivos, el mercado en el que opera, qué competencia tiene, etc.

Para un inversor que tenga en sus inversiones un horizonte de medio y largo plazo, debe primar el uso del análisis fundamental sobre el técnico. En palabras de Gregorio Hernández ("Análisis técnico y velas japonesas para inversores de medio y largo plazo partiendo de cero", p. 49):

"Es muy importante que, como inversor de medio y largo plazo, dé siempre prioridad a los fundamentales de la empresa sobre las herramientas técnicas"

Esta es la razón por la que nosotros nos centramos en el análisis fundamental. Para ello, en nuestro análisis nos fijamos en primer lugar en una serie de factores cualitativos, a los que destinamos una entrada anterior del blog.

Así, cuando realicemos el análisis fundamental de una empresa, tras el análisis cualitativo pasaremos a analizar una serie de factores cuantitativos obtenidos de los estados financieros (informe anual) que presentan las empresas.

Dentro de los factores cuantitativos se pueden mencionar los siguientes, que son los que utlizaremos posteriormente en los análisis de las empresas:

Descripción de ratios financieros para el largo plazo:

Los factores anteriores se evalúan por medio de unos ratios, comúnmente aceptados, que se pueden calcular extrayéndolos de la contabilidad de las empresas. El libro que mejor presenta y resume los ratios más importantes es también de Gregorio Hernández: "Cómo invertir en Bolsa a largo plazo partiendo de cero: Consiga la jubilación que se merece".

La finalidad de muchos de estos ratios es poder comparar diferentes empresas sin tener en cuenta algunos factores que resultan ser inherentes a determinadas cuentas que aparezcan en el balance o cuenta de resultados. Las empresas no tienen el mismo tamaño, las mismas unidades de negocio, los mismos activos, la misma deuda u otros. La idea de estos ratios es, por tanto, poder comparar algunas cuentas con respecto a otras de tal forma que se pueda usar inequívocamente para analizar cualquier empresa y que pueda demostrar cómo de bien se está llevando a cabo la actividad a la que se dedican.

En esta entrada del blog se muestran algunos de estos ratios. Los que se explican a continuación son generales para cualquier compañía de cualquier sector o industria. Y  por otro lado existen ratios específicos de cada industria que no se tratan en este artículo.

Capitalización bursátil

Uno de los valores a tener en cuenta de cara a analizar las empresas es la capitalización bursátil de la compañía. Consiste en calcular cuál es el valor de la empresa según lo que indica la Bolsa. Por lo tanto, se calcula multiplicando la cotización de la acción en Bolsa por el número de acciones cotizadas (o free float) de la empresa.

Este valor no coincide con el valor real de las compañías, que es lo que se busca obtener a través del análisis fundamental. Por ello, la capitalización bursátil servirá para comparar con respecto al rango en el cual se encuentra el valor real de la compañía, obtenido con el análisis fundamental. Dicha comparación permitirá conocer si la empresa está sobrevalorada o infravalorada, con el fin de decidir si comprar acciones o no.

Capitalización bursátil Beneficio por acción (BPA) (EPS por sus siglas en inglés)

El beneficio por acción es un ratio que muestra la fracción del beneficio neto obtenido por la compañía que correspondería a cada una de las acciones que la componen. Se trata de un ratio interesante cuando se compara con el valor de cotización bursátil de las acciones. También se puede encontrar referido como EPS por su terminología inglesa (Earnings Per Share).

Existen varias discrepancias a la hora de calcular este ratio puesto que el número de acciones puede ir variando a lo largo de un cierto periodo de tiempo. Es por ello que, para la misma empresa y en el mismo momento, pueden existir distintos valores del BPA.

Por lo general, las empresas suelen utilizar la media del número de acciones que han existido durante ese periodo de tiempo con el fin de presentar un BPA más realista. De esta manera, si la empresa ha realizado una ampliación de capital en acciones o una fusión o adquisición de otra compañía, entonces utilizar la media del número de acciones será sensato. Por otra parte, también se puede usar el número de acciones a final de año si es que, por ejemplo, la empresa utiliza una ampliación de capital para financiarse y no para generar nuevas acciones.

PER (Price-earnings ratio, "el múltiplo")

El PER, denominado así por sus siglas en inglés (Price-Earnings Ratio), es un indicador que muestra cómo de barata está una empresa con respecto a sus beneficios netos obtenidos. En ocasiones también puede encontrarse escrito como P/E. Es un ratio muy interesante de cara a evaluar empresas sólidas con una proyección de crecimiento estable en el futuro y, por tanto, será utilizado por su buen funcionamiento con la estrategia propuesta en este trabajo. Existen dos formas de calcularlo:

PER2

Por lo general, cuanto más bajo sea el PER más interesante será comprar esa empresa puesto que, a priori, estará más barata. Se dice “a priori” debido a que hay que tener en cuenta las proyecciones de crecimiento del BPA en el futuro, es decir, una empresa puede tener un menor PER que otra, pero no por ello estaría más barata porque puede tener menos expectativas de crecimiento que la de mayor PER.

Lo mejor que podría pasar en la evolución de las empresas de nuestra cartera es que el PER fuese disminuyendo año a año, ya que esto significaría que el BPA habría aumentado. Aun así, en muchas ocasiones, se puede revertir esta situación ocasionando miedo en los inversores, que estarían viendo como sus rentabilidades dejan de crecer. Este miedo implica, a veces, momentos de venta para esos inversores con miedo y buenos momentos de compra para los inversores a largo plazo.

Los valores del PER en los que resulta interesante comprar según esta estrategia se encuentran entre 8 y 15 (Hernández Jiménez, 2012, pág. 265). Aun así, dichos valores son meramente indicativos y pueden variar en función de si la economía se encuentra en crisis o en momentos de auge.

Dividendo y Rentabilidad por Dividendo (RPD)

Una vez las empresas pagan el Impuesto de Sociedades, estas poseen un beneficio neto sobre el cual tienen que tomar alguna decisión. Y es que hay parte de este beneficio neto que se reparte a los accionistas vía dividendos mientras que la otra parte se destina a futuras actividades e inversiones de la empresa, por ejemplo. A esta fracción del beneficio neto por acción (BPA) que se destina a los dividendos se conoce como pay-out.

Como se ha comentado en diversas entradas del blog, la importancia del dividendo es vital en esta estrategia, pero no tanto su valor sino por su rentabilidad con respecto a la cotización de la acción. De esta forma, se define la rentabilidad por dividendo como:

RPD

Para las compañías que se busca incluir en la cartera mediante esta estrategia, el pay-out suele estar en torno al 50% y la rentabilidad por dividendo entre el 3% y el 5%.

Por otro lado, también es interesante saber el pay-out de la empresa. Si es demasiado alto, esto quiere decir que la empresa no está reservando mucho capital para futuras actividades e inversiones, lo que puede desencadenar en un escaso crecimiento. Por otro lado, si el pay-out es demasiado bajo (aproximadamente, inferior al 30%), no tendría mucho sentido con respecto a la estrategia propuesta ya que ésta se basa en ir obteniendo rentas poco a poco en un largo periodo de tiempo.

EBITDA y EBIT

El EBITDA es uno de los indicadores más comúnmente utilizados cuando se analizan empresas. Sus siglas provienen del mundo anglosajón y expresan lo siguiente: Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization. Se trata de un indicador que se obtiene fácilmente al realizar la cuenta de resultados de una empresa.

El hecho de que sea tan utilizado se debe a que indica, de manera muy acertada, si el negocio de una empresa tiene un buen funcionamiento o no. Es decir, tiene exclusivamente la misión de mostrar si la actividad de la empresa está siendo beneficiosa. Por ello, no se tienen en cuenta ni los intereses que se deben pagar fruto de la financiación, ni las depreciaciones y amortizaciones por los diferentes activos, ni los impuestos a pagar. Todos estos factores no son inherentes a la actividad de la empresa de por sí. Claramente son importantes de cara a realizar la cuenta de resultados, pero no para mostrar cómo funciona el negocio de una empresa como tal.

El uso del EBITDA permite, por tanto, comparar empresas de un mismo sector que se hayan financiado de maneras diferentes, que no tengan los mismos activos – lo cual resulta lógico – y que puedan tener unidades de negocio en países distintos, ya que no tiene en cuenta los impuestos. Esto resulta realmente importante de cara a la creación de la cartera con esta estrategia.

Por su lado, el EBIT es otro indicador financiero de común uso. Representa los Earnings Before Interest and Taxes por lo que, en este caso, se tienen en cuenta las depreciaciones y amortizaciones que tiene la empresa.

Tanto el EBITDA como el EBIT son “magnitudes enteras”, que se expresa en unidades monetarias. Es por eso que serán grandes en empresas grandes y pequeñas en empresas pequeñas. Sin que el hecho de que sea pequeño sea indicativo de una mala situación. Por ese motivo es común expresarlos en ratios, como se detalla en el siguiente apartado.

Márgenes EBITDA / Ventas y EBIT / Ventas

Los márgenes EBITDA y EBIT son unas métricas que muestran qué parte de los ingresos por ventas suponen el EBITDA y EBIT, respectivamente. A través de estos ratios el inversor es capaz de conocer cómo de eficiente está siendo la empresa. Esto se debe a que cuanto mayor sea cualquiera de estos márgenes, mayores son los beneficios que se están obteniendo debido a que se ha logrado reducir los gastos. Se pueden calcular como:

Margen EBITDA

Margen EBIT

Enterprise Value / EBITDA

El EV / EBITDA, en ocasiones también denominado como FV / EBITDA, es un ratio que muestra la relación entre el valor de la empresa y el beneficio ligado a la actividad del negocio. El numerador de este cociente representa dicho valor de empresa – en el caso de EV se refiere al Enterprise Value y en el caso de FV al Firm Value –. El significado que adquiere el valor de empresa es el del precio de los activos de la compañía y, por ello, se calcula sumando la capitalización bursátil – o número de acciones multiplicado por su cotización – junto con la deuda de la empresa. Además, de este sumando hay que extraer el exceso de liquidez debido a que este se puede utilizar en cualquier momento para pagar parte de la deuda.

Se trata de un ratio ampliamente utilizado de cara al análisis de empresas. Para las compañías sólidas y de crecimiento estable resulta adecuado comprar cuando el ratio EV / EBITDA se sitúa entre 6 y 8, sin dejar de lado el PER y la rentabilidad por dividendo (Hernández Jiménez, 2012, pág. 300).

Price-To-Book Value

El ratio Price-To-Book Value (P/BV o P/B), en español conocido como el ratio Precio / Valor Contable, tiene gran importancia a la hora de valorar empresas ya que contribuye, junto al resto de ratios, a analizar si una empresa está sobrevalorada o no. Se calcula como:

PTB

donde

valor contable

Respecto a este ratio es importante destacar que el influyente artículo de Fama y French de 1992, encontraban que la beta de las acciones no es una buena manera de predecir su rentabilidad, como sugiere el modelo CAPM. El ratio que mejor correlacionaba los rendimientos de la inversión para las series temporales de 1963 a 1990 fue precisamente el Price-to-Book Value. Es decir, a mayor Price-to-Book Value mayor rentabilidad.

ROE y ROCE

El ROE, que proviene de las siglas en inglés para Return on Equity, es un ratio que sirve para analizar cómo de eficientemente se están generando beneficios a partir de los fondos de la empresa, es decir, el dinero de sus accionistas. La forma de calcularlo es la siguiente:

ROE

Se trata de un ratio que varía mucho dependiendo del sector en el que se encuentre la empresa y, por ello, se utiliza para comparar compañías dentro de su misma industria.

Por su parte, el ROCE, que proviene de Return on Capital Employed, representa cómo de eficientemente se están generando beneficios a partir del capital empleado para ello, independientemente de donde provenga. Este capital empleado ya no solo es el dinero de los accionistas, sino que también tiene en cuenta las deudas que se han contraído para financiarse. De esta manera, se calcula tal que:

ROCE

Deuda

La deuda es un instrumento financiero mediante el cual las empresas buscan la financiación necesaria para llevar a cabo su negocio. De por sí, no es malo que una empresa tenga algo de deuda. Lo importante es la capacidad que tenga de devolverla y la forma de hacerlo, ya sea mediante el dinero generado con su negocio, mediante la venta de activos o mediante una ampliación de capital. Existen varios ratios que tienen en cuenta el efecto de la deuda, algunos de los cuales se presentan a continuación.

El ratio Deuda neta / EBITDA (en inglés, Net debt–to–EBITDA) muestra en cuántos años podría una compañía devolver su deuda si es que la deuda neta y el EBITDA se mantuviesen constantes. En otras palabras, mide la capacidad que tiene la empresa de pagar sus deudas con los beneficios propios de su actividad de negocio. Para una estrategia de inversión a largo plazo como la comentada en este trabajo, el ratio Deuda neta / EBITDA no debe sobrepasar las 3 ó 4 veces (Hernández Jiménez, 2012, pág. 305).

DE

Otro ratio de interés es el de Deuda neta / Patrimonio neto (en inglés, Net debt–to–Equity). Es un ratio que también se denomina apalancamiento y su fin es indicar hasta qué punto la empresa se está financiando con deuda en vez de su propio patrimonio. Profundizando más en ello, este ratio indica la capacidad que tendría la empresa de cubrir sus deudas con su patrimonio en el caso de que tuviese que hacerlo.

Apal

En relación a los ratios de deuda, es destacable que relacionan en general magnitudes del activo con magnitudes del pasivo, por lo que no entran en juego de manera explícita los intereses que se deben pagar. Esto abre una cuestión interesante: ¿hasta qué punto es válido un análisis de la deuda que no tenga en cuenta que estamos viviendo un periodo inusitadamente largo de tipos de interés inusitadamente bajos? A este asunto dedicaremos una próxima entrada del blog.

Key Takeaways:

KT1 – El análisis fundamental es un tipo de análisis que se apoya en la información disponible de la empresa para la toma de la decisión de inversión.

KT2 – Esa información se encuentra en los estados financieros de la empresa, lo que permite realizar un análisis desde un punto de vista cualitativo o cuantitativo.

KT3 – Dentro de los factores cuantitativos, hay una serie de ratios que son comunes a la hora de utilizar esta estrategia. Algunos de ellos son el PER, la Rentabilidad por Dividendos, el ROE o el ROCE

KT4 – Estos ratios dan información en su valor absoluto, pero tienen más sentido cuando se usan dentro de una misma industria para ver diferencias entre empresas que tengan más similitudes que diferencias.


 

Sintonía del podcast cortesía de Stormy Mondays (canción "Días mejores").




Este trabajo se ha desarrollado bajo la licencia Creative Commons reconocimiento-no comercial-sin obra derivada.


 

Notas:

entrada blog nota

El proyecto value4all es un proyecto divulgativo sin ánimo de lucro. No somos una gestora ni comercializadora de acciones y/o fondos, ni aceptamos publicidad de comercializadoras para preservar la independencia del proyecto.

Los fondos que deposites en renta variable (acciones) no están garantizados. El capital invertido queda por lo tanto sujeto a las subidas y bajadas del mercado. Debes por lo tanto considerar la inversión en Bolsa como un vehículo adecuado para tus ahorros en el largo plazo, esto es, el destino del ahorro que estás seguro de no necesitar en un horizonte de 8-10 años. En caso contrario, el riesgo de que acabes teniendo menos dinero del depositado es muy alto.